domingo, 1 de julio de 2007

La “Quinta Evelyn”.


He vivido en muchos lugares. Viña del Mar, Valparaíso, Antofagasta, Calama, Iquique y hasta en Olmué. Olmué es una comuna al interior de la Quinta región, queda cerca de Limache, y se puede llegar fácilmente vía Cuesta La Dormida, uno de los caminos alternativos a la salida de Santiago. Me gustaba Olmué. Me gustaba porque tenia un gran patio para salir a jugar…UNA QUINTA, ni mas ni menos. Una quinta, es un terreno que representa una quinta parte de 1000 mts. cuadrados, o una hectárea, pero en realidad no se pusieron a medir si habian 800 metros entre los cuatro lados del recinto, pero claro, era un terreno grande.

La Quinta Evelyn, fue llamada así en honor a mi abuela (o mi güela), quien ahora vive en Santiago. La casa era grande, de madera, y construída por mi abuelo y su hermano, con sus propias manos y en base a ingeniosas técnicas (Olmué no fue un sitio urbanizado hasta los años 80). Cada uno de sus rincones era acogedor, y cada uno de sus muebles lo era más aún. Mi recuerdo en especial era para el teléfono de ruleta, que había junto a una mesita, y que me acuerdo cuando fueron a instalar. Todo un adelanto para la época. Por supuesto, no fue hace tanto, pero el ambiente de esa casa, era único. Admito que me emociona pensar cada uno de los detalles que recuerdo y me apena haber olvidado tantos otros.

Había muchos árboles, de los que se podía sacar cuantas veces se quisiera, sin temor a provocar un desastre natural. Recuerdo a la higuera (que se derrumbó impresionantemente sin que nadie la echara abajo, mostrando sus raíces carcomidas por las termes), árbol al que me subía constantemente. Estaban los Eucaliptos, una fila de impresionantes árboles que perfumaban la casa en invierno, y la amenazaban en verano, por su altura. Estos gigantes eran cortados a mitad de su tronco para evitar daños por caidas de ganchos, o ramas. Luego, nuevamente salían. Sin denotar dolor, o alguna recriminación contra los criminales de su derribo. Hubo también Acacias, vaya, y crei que finalmente eran los más altos, junto con el Naranjo del canal. Las Acacias nunca fueron taladas, hasta el día en que se volvieron peligrosas. Nunca más volvieron a brotar. Había paltos, de todas las clases, Hass, Bacon, Forte, Suave, Paltines (las paltitas para las ensaladas). También había un Níspero, con hojas verde oliva y muy muy dentadas. Junto a estos, muchos limoneros, varios Duraznos de clases variadas, conserveros, chinos, chatos. También había un Damasco, que era la materia prima para las mermeladas exquisitas del desayuno. Las ciruelas amarillas, moras y silvestres también eran exquisitas y por cierto, muy digestivas. También hubo frutillas, tomates, habas, y creo que hasta papas. Un chirimoyo, unos perales, unas zarzamoras, y si hubo otros frutos, creo que desgraciadamente, lo he olvidado.

Además, “el terreno” como estábamos acostumbrados a decirle, era una aventura en sí misma. Casi en el límite con el camino, “el terreno”, era atravesado longitudinalmente por un canal de aguas, que en verano pasaba muy muy bajito, y en invierno amenazaba con corrientes. Había un puente, que comunicaba a otra casa, y toda una aventura era pasarlo. Además, lo más emocionante, eran los “pozos”. Si, habían pozos de agua, producto de las napas subterráneas que creo ya se han secado. Habia 4 o 5 pozos, “peligrosos todos”, decia mi abuelo. Cada uno tenía su sistema de bombas eléctricas, que utilizaban un succionador o “sapo”, pero que solían fallar en el arranque, su sonido característico, nunca más lo volví a escuchar. Obviamente, creo que la mente de los niños suele magnificar algo las medidas y percepciones en general. Años después estos pozos los vería, dándome cuenta de que la profundidad existía, pero no era lo que parecía. Los pozos, se irían secando con el tiempo, y rellenados con pasto seco, serían víctimas del olvido. Sin duda, el mítico pozo del canal, parecía ser el más peligroso, muy inestable, muy inseguro, con agua sucia y seguramente con más de alguna sorpresa dentro de él. Siempre imaginé que algún monstruo desconocido entraba y salía de él, pero nunca lo dije, por pensar en ser ridiculizado.

Había una piscina, que en realidad era un estanque de regadío que con el tiempo, fue cambiando de color, y pasó a llamarse piscina. La piscina aliviaba las insoportables tardes de verano, donde se alcanzaban facilmente los 30 a 34 grados. Junto a la piscina había un parrón, donde recuerdo 3 o 4 clases de uva, las que salían en febrero y casi en marzo. Las abejas, eran lo peligroso de comer uvas, pero toda una experiencia. Sin duda lo más exquisito, era sacar las uvas negras, y llenarse la boca de granos, compitiendo con los primos, a ver quién era capaz de aguantar más dentro de la boca.

Con el tiempo, la escasez de agua se fue haciendo evidente, las temperaturas en verano fueron descendiendo, y en invierno, aumentando (culpa del calentamiento global, supongo), lo que hizo que los ciclos de los frutos fueran cambiando, hechos que por supuesto terminaron con muchos de ellos. La “Quinta Evelyn”, fue muriendo lentamente, su respiración se fue haciendo más y más lenta. Los aires de campo de la comuna fueron cambiando, llegaron los afuerinos, las empresas, el turismo, el consumismo, y gente que se decía “quitada de bulla” destruyó el encanto del lugar. La “modernidad”, como dicen; en definitiva fue cambiando la ciudad al gusto de los hoteleros, a los que le brilló el signo $ en los ojos. Otros que habían crecido ahí, se rindieron ante la posibilidad de éxito, o simplemente olvidaron de donde venían, o nunca se dieron cuenta de ello y terminaron ninguneando a su propia infancia, a ellos mismos y sus familias.

Sin duda, mis mejores inviernos, veranos, primaveras y otoños, fueron los que pasé en Olmué. Estaba solo. En compañía de mis abuelos crecí un periodo relativamente corto de tiempo. Aprendí mucho, acerca de frutos, de campo, de pozos, de árboles, de poda, de tipos y clases de insectos y animales, y lo mejor aprendí que mis abuelos eran mis ídolos. Su modo de vivir era sencillo y honrado, pero cómodo. Su agradecimiento, se tradujo en la eterna promesa, de cuidar de lo que Dios había dado en préstamo.Lo que muy seguramente me diría implícitamente, que la mejor forma de vivir en conformidad con uno mismo, es la consecuencia de los propios actos realizados, sin dejar de recordar que somos humanos, y lo que parece estar “a la mano”, es sólo temporal, y el tiempo, es muy muy muy corto. Una ilusión.

Mis mejores recuerdos son de ahí, y para el que se dio la lata de leer completo el texto, les regalo mis lágrimas de emoción, de recuerdo y nostalgia, y las comparto con uds.

Saludos a los y las webonautas conocidos y anónimos…

IROHINDLE.

8 comentarios:

Angelita dijo...

Que lindos recuerdos!!!
Yo lo unico que me acuerdo cuando era chica antes de venirme a Iquique fue que en stgo en mi casa había una palmera grande y dentro de un cajón de tomates jugabamos con el pato a ser piratas, con banderas de hoja de cuaderno, jejejejejeje recuerdos de pequeña no mas...

Bueno amigo, que lindo todo lo que relatas y a la vez que envidia, me hubiese gustado haber vivido una infancia asi...
me acuerdo del viaje a Pelchuquin (la foto de las espigas) que Franco me contaba acerca de que en la casa de su abuelo había de todo, ahora no habia tanto, pero comiamos de esas manzanas chancheras y habas, tb de esas que manchan la boca... como se llama... mmmm maqui??
Yap... chau!!!

Anónimo dijo...

mmmm....escribes lindo tu ah!!...lástima que yo no conocí tanta belleza rústica en mi infancia...pero si la calidez de un hogar y una familia muy linda y humilde...Recuerdo también leyendo tus otros textos cuando iba a mirarte tocar en la banda (sin comentarios) fue lindo mientras duró jejeje...10 años aprox...

Anónimo dijo...

a pero obvio como no dejar mis palabras aqui ... estan demasiado lindas tus palabras, son demasiado emosionantes enserio, tienes una capaciodad de transmitir cosas tan sensillas y humildes como son las cosas maravillosas que nos entrega la vida. En verdad uno tiene la tonta idea de la mayoria de las veces ver todos los malos recuerdos, pero bkn eres una de las pocas personas que tiene el valor de escribir cosas tan beias como thu ...
deberias de escribir un libro sin duda alguna yo creo que serias demasiado bueno tus palabras llegan demasiado, bueno eso me pasa ami almenos tienes la capacidad de encontrarle el sentido alas cosas minimas ...


Bueno obvio soy una wuebonauta mas :p que lee tus cosas, estas son cosas que enverdad valen la pena leer, y tus lagrimas me llegaron a tal punto de sacar lagrimas de mi tambien ...
hermosas palabras javier.


cuidate mucho yap ...

Pd : Ojalas sigas escribiendo cosas asi mira que son muy interesantes :D.

Héctor Patricio dijo...

Olmue... que recuerdos... distintos a tus recuerdos de niñez; tal vez por eso domos diferentes, tu añoras tu terreno para jugar... yo prefiero un Nintendo...

No ve vivido en tantas partes como tu, pero si hay algo que me encanta hacer es viajar, conocer... no es lo mismo salir a caminar en iquique, que en arica, ni siquiera en antofa... los aires son distintos... me gusta eso...

mas aun si puedo caminar con mi ds, jugando Mario Bros, je je je...

cuidate.

(algo de presencia MASCULINA en tu blog...)

Anónimo dijo...

Lo lei entero antes de escribir cualquier cosa, no fue tarea dificil, porque no se siempre me ha gustado como escribes, es como que entre mas lees, mas te atrae el texto, y sin darte cuenta llega al final y quedas con muchas cosas pasando por tu mente, independiente de otras cuantas, como por ejemplo que nuestas infancias son demasiado diferentes, quizá por los tiempos, quizá por quien nos rodeamos, pero aun asi, cuando lei todo lo que cuentas sobre aquellos árboles y pozos, siento como si de verdad lo hubiera vivido, porque quizá no es lo material lo que me identifica, sino que tambien senti miedo de cosas que nunca dije y me fascinaron otras cuantas, además de darme cuenta que lo que vi hace algunos años atrás no es realmente la realidad, por esa tendencia a sorprenderse, y eso, me gustó mucho, y no tenia la menor idea porque se llamban quintas, ni que la famosa piscina en la que me quería bañar la unica vez que fui a Olmué era un estanque, ya Javier cuidate nos vemos chao, y son geniales tus reflexiones (me las lei todas, exepto la del Destino, pero ya la leeré) Chao

Ignacio

Anónimo dijo...

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Amor y lo volví a leer em... o mejor dicho esta vez lo leí solita jejejee =P

Muackkkkk¡!!

Q lindos recuerdos tienes, mm ayer cuando me decías de lo q hablaba (el texto) iba recordando cómo era ir donde mi abuela también; de hecho, recordaba hasta el olor que hay ahí, también los árboles que habían, uy¡!! lo q más me gustaba era cuando comíamos moras jejeeee había q irlas a buscar al estero o destrás de la casa =P o las brevas, jajaa había q encaramarse en el árbol...

Aún me acuerdo cuando íbamos al estero, y de hecho, no corría mucha agua en esos tiempos jajajaa imagínate cómo hacíamos para q pareciese una "piscina" jajajaa...cosas de niños.

Son muchos los recuerdos q tengo; aunque es verdad que hay algunos q de a poco se van olvidando... :(
y eso en todo sentido...

Eso de ser niños...era más divertido todo, hasta las cosas más pequeñas parecían geniales.

Bueno...Amorcito beshitosss grrandes pa uteh...


T E A M O I N F I N I T O ¡!!


/)/)
(._.)
O(")(")
---<<-@Bella_SinAlma@->>---


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Anónimo dijo...

Puchas ahijado y sobrino de mi alma: los recuerdos gratos son alimento del alma y del espíritu. Conocí y disfruté de esa parcela, cuando eras pequeñín y efectivamente, si era un sueño para cualquier visitante esporádico, me imagino para tí...entiendo tu nostalgia...
Esos recuerdos estarán siempre en tu mente y serán cada vez más adornados de bellas y emotivas imágenes
Un abrazo Javier

Gladys dijo...

Mi lindo instructor, por supuesto que leí completo el texto sobre la Quinta Evelyn, es muy emotivo y créeme que entiendo perfectamente tus sentimientos, no se si muchos podrán hacerlo creo que soy muy afortunada al tenerte como ahijado. Un besote para ti.